Al manejar activos por valor de miles de millones de euros, es vital que el sector se mantenga adaptable y a la vanguardia en lo que respecta a ciberseguridad.
Los Neobancos.
A medida que van quedando obsoletas las instituciones bancarias tradicionales, las suscripciones a Neobancos digitales aumenta de forma exponencial. Este movimiento en línea, a su vez, ha motivado a la industria a ser más diligente y tomar en serio su seguridad online.
Las organizaciones totalmente digitales como Chime, Digit y Level que ofrecen un servicio de banca móvil han tenido que desarrollar cifrados de vanguardia, herramientas de autenticación de múltiples factores para iniciar sesión en las cuentas que custodian, autenticaciones de pago con huellas dactilares y la capacidad de bloquear tu tarjeta, de forma instantanea si la pierdes.
Los Neobancos, totalmente digitales, deberían implementar estos controles porque cualquier incumplimiento sería un desastre para la reputación de la industria. Sin embargo, los bancos no pueden hacer mucho. Las organizaciones recuerdan que la mayoría de las filtraciones de datos son el resultado de un error humano, así que asegúrate siempre de no hacer clic en enlaces sospechosos, accede siempre a tu cuenta a través de una conexión WiFi segura, usa una contraseña segura y manten tu dispositivo al día con las últimas actualizaciones.
Afortunadamente, la mayoría de los Neobancos tienen tantas capas de protección de ciberseguridad ahora, que incluso si tu dispositivo es intervenido, seguirá siendo una tarea árdua para un atacante capturar tu efectivo.
Regulaciones en el ecosistema Fintech.
No es solo para beneficio del consumidor que las empresas FinTech necesiten controles de ciberseguridad, los gobiernos ha golpeado duramente a la industria con regulaciones en los últimos años y ello obliga a cumplir las protecciones. Programas como Know Your Customer (KYC) y la legislación Anti-Money Laundering (AML) han requerido una aceleración de los desarrollos de ciberseguridad.
Los procedimientos KYC son obligatorios en EEUU. Exigen que las empresas hagan todo lo posible por identificar a sus clientes, evaluar su idoneidad para ser asumidos como clientes y tener en cuenta el riesgo involucrado. Esto es en gran parte para evitar que las organizaciones criminales y terroristas se aprovechen de las instituciones financieras y ha significado que se empleen herramientas cada vez más sofisticadas en segundo plano.
Las instituciones utilizarán agencias de verificación de crédito, historial comercial, evidencia de delitos con organismos gubernamentales y verificadores de identidad para garantizar el bloqueo a personas malintencionadas. Por lo tanto, no solo es bueno tener fuertes controles de ciberseguridad; son una necesidad para cumplir con la legislación FinTech.
Billeteras electrónicas o wallets.
Las billeteras electrónicas se han convertido en la alternativa de moda a los bancos en estos días, que funcionan como una tarjeta de crédito o débito, pero son completamente digitales y se utilizan online o mediante pagos móviles. Los dos componentes críticos de cualquier billetera electrónica, datos y software significan que solo los controles robustos de ciberseguridad lo protegerán. Las empresas de tecnología financiera se han apresurado a afirmar que tienen los controles más estrictos del mercado.
La mayoría de las organizaciones afirman que el efectivo en su wallet es mucho más seguro que llevar efectivo real, y con medidas implementadas, como la autorización biométrica de las transacciones, múltiples requisitos de contraseña y una etapa adicional de número de PIN antes de que el dinero salga de tu cuenta, es fácil para ver por qué las empresas hacen estas afirmaciones.
Perímetro definido por software (SDP).
SDP permite a las organizaciones asegurar el acceso a los sistemas en red y se está convirtiendo en una herramienta vital para cualquier organización FinTech que trabaje de forma remota. Las protecciones cibernéticas de la vieja escuela ya no son suficientes, y el personal ahora puede acceder a las redes de la empresa desde cualquier parte del mundo. En cambio, las organizaciones están actualizando los perímetros de seguridad y controlando el acceso a nivel individual. De esta manera, una empresa sabe exactamente quién inicia sesión y cuándo, así como a qué debería acceder, lo que hace que sea mucho más fácil mantener alejados a los malos.
Sin duda, la ciberseguridad seguirá siendo el mayor riesgo a abordar para los proyectos FinTech en los próximos años, pero también es un hecho que la industria está liderando la carga para proteger a sus clientes, generar confianza y seguir dando pasos por delante de los hackers.